lunes, 26 de enero de 2009

EL OFICIO DE MENTIR


El oficio de mentir

Hace unos meses, leía muchas notas relacionadas con la posible liberación de la señora Ingrid Betancourt. Los medios de prensa europeos y también americanos, informaban de las tratativas que venían desarrollándose desde hacía meses con el fin de lograr la puesta en libertad de la señora. Su estado de salud era muy precario y de continuar su reclusión, empeoraría. Hasta llegó a publicarse una información en la que se daba a entender que padecía una enfermedad gravísima. Tanta era la preocupación y celo puesto por la prensa internacional, en este caso en particular, que no les daba tiempo para tratar otros temas como el de los asesinatos de sindicalistas, precisamente, en Colombia; pero bueno, lo importante fue que la “pobre” mujer queda en libertad y puede reunirse con su familia.
Al poco tiempo, comienzo a ver en los más variados medios de prensa a la señora Betancourt desplegando una intensa vida social que, creo, no correspondía con el estado de salud de tanta fragilidad que detallaban los medios. No cuestiono, que la señora se encuentre con una cantante o se entreviste con una presidenta; no me interesa conocer su vida privada. Me duele el sufrimiento de cualquier ser, pero también me indigna la mentira y que se la use como la usan los medios de prensa.